La Avenida Arturo Soria se encuentra muy cerca del Barrio de Gomeznarro y es un frecuente lugar de paseo por sus vecinos. La cercanía del barrio hace que puedan ser disfrutados muchos de los servicios e infraestructuras que esta importante Avenida de Madrid ofrece y que revisamos en otros artículos. En éste hemos querido poner el foco en el desarrollo de Arturo Soria y de la Ciudad Lineal.
Arturo Soria fue un Ingeniero de Caminos del siglo XIX que fue conocido por sus ideas urbanistas, fundamentalmente por la de la Ciudad Lineal, al que terminó por dedicarse al completo.
El concepto de ciudad lineal nació influenciado por las ideas de Herbert Spencer e Ildefonso Cerdá.
Ildefonso Cerdá ingeniero, urbanista, jurista, economista y político español de principios y mediados del siglo XIX, está considerado uno de los padres del urbanismo moderno. Su obra más famosa fue el Ensanche de Barcelona. Cerdá es un claro ejemplo de genio sin reconocimiento hasta muchos años después de su muerte. De hecho murió semiarruinado. De ideas progresistas y sensibilizado con las duras condiciones de vida de las clases populares de su época escribió su Teoría general de la urbanización con un auténtico estudio sociológico como base.
Su Ensanche se caracterizaba por un nuevo lenguaje que hablaba de vías (de circulación, redes de servicios, alumbrado, infraestructuras…) e intervías o espacios privados, concebidos para recibir siempre iluminación natural y buena ventilación hasta el punto de contemplar la dirección y velocidad usual de los vientos en la zona. Su lema, luego adoptado también por Arturo Soria era, “Ruralizad aquello que es urbano, urbanizad aquello que es rural.” Una necesidad plenamente vigente hoy en día.
El Ensanche de Barcelona se realizó mediante un concepto de geometría, carácter matemático y visión científica y con respecto a las vías se concibieron con una gran amplitud para la época para evitar la concentración de transeúntes y con mente a futuros sistemas de transporte a Motor (hay que tener presente que el propio Cerdá trabajó en la construcción del primer ferrocarril de España, el Barcelona-Mataró de 1848 y el plan Cerdá para el Ensanche comenzó a realizarse en 1860).
El caso de Hebert Spencer, naturalista, psicólogo, sociólogo e ingeniero civil británico, influyó en Arturo Soria y su concepto de ciudad lineal mediante su idea de la línea recta como línea de mínima resistencia (basado en la física de Newton). El pensamiento de Spencer en lo social sin embargo en nada se parece al de Cerdá, calificado por algunos como Darwinista Social irónicamente pese a ser, en su faceta de naturalista, un convencido seguidor de Lamarck.
Mediante el proyecto de Ciudad Lineal pues Arturo Soria pretendía combatir los problemas de hacinamiento, higiene y transporte que atenazaban a las ciudades del siglo XIX.
Se trataba de conectar dos ciudades ya existentes, “puntiformes”, mediante ese nuevo concepto de ciudad a través de un vial con una anchura de 500 metros atravesado por una calle central, con un ancho mínimo de 40 y que estaría atravesado por un ferrocarril eléctrico tranvía (Hay que tener en cuenta que en esa fecha aun no se había inventado el automóvil). Junto a este vial central se agruparían las viviendas privadas y los servicios y saldrían calles transversales de 200 metros largo con anchura de 20. Tras estos 200 metros habría 100 metros más de arbolado que separaría la Ciudad Lineal de los campos de cultivo en lo que fue una contribución de Hilarión González del Castillo y Georger Be- noit-Lévy, compañeros de Arturo Soria.
El vial central estaría arbolado y pensado para facilitar la circulación de los transeúntes a pie o en bicicleta y los rápidos intercambios comerciales (para Arturo Soria el objetivo principal del transporte era conectar a los transeúntes con el mercado). Los edificios, en cada parcela, sólo podrían ocupar una quinta parte del terreno: de 400 metros cuadrados, 80 para vivienda y 320 para jardín, talleres e instalaciones para los animales. “Para cada familia una casa, para cada casa una huerta y un jardín” fue el principal lema.[1][2]
Este concepto Arturo Soria lo anuncia por primera vez en 1881 en el periódico el Progreso de Madrid. El proyecto comenzó a ponerse en práctica en 1892 con la previsión de realizar 50 kms de ciudad. Para lo cual creó la Compañía Madrileña de Urbanización en 1894. Sin embargo para realizar una ciudad de tal envergadura el suelo tendría que ser muy barato o nacionalizado y no solo no era el caso, sino que los particulares tendrían a elevar el precio de los terrenos a medida que se acercaban a estos las obras. El proyecto quedó finalmente reducido a unos más modestos 5,2 kms de longitud. Otros modelos de ciudad lineal fueron llevados a cabo en Lille y, principalmente debido a la necesidad de suelo nacionalizado, en la URSS (Stalingrado a lo largo del Volga y Magnitogorsk) pero en general siempre se abandonaba la línea construyéndose por los alrededores. Para 1913 la ciudad ya estaba habitada por 4000 habitantes.[3]
Era una ciudad autónoma, comunicada mediante un tranvía que la propia empresa de Arturo Soria ejecutó y que iba desde Las Ventas hasta Pinar de Chamartín (trazado actual que delimita la Avenida de Arturo Soria). El tranvía eléctrico, tenía su propia central para alimentarlo. En este sentido hay que mencionar que Arturo Soria era un innovador: introdujo el primer tranvía de Madrid, creó un ferrocarril suburbano y proyectó el primer sistema telefónico para Madrid en 1877, un año después de que fuera inventado por Graham Bell.
Para Arturo Soria la base de todo problema a solucionar en una ciudad era la locomoción de sus habitantes. De ahí que en 1892 solicite la creación de un tranvía de circunvalación de Madrid para conectar Hortaleza, Fuencarral y los pueblos de alrededores y en base a este trazado, en 1894, funda la Compañía Madrileña de Urbanización ya mencionada. El agua venía directamente del Lozoya y otros manantiales cercanos y las familias disfrutaban de una vida en campo abierto y de sus múltiples servicios como el mítico velodro de ciudad líneal, hasta 1924 campo de entrenamiento del Real Madrid.
Cabe mencionar el perfil multiclase de la nueva ciudad pues no se basaba en la concepción de barrios para clase alta y barrios para clase obrera como podemos encontrar hoy en día con frecuencia, sino que en la misma ciudad se concebía la presencia de las distintas clases sociales, eso sí, separadas mediante el precio de la vivienda (más caro cerca del vial central, más barato en el exterior). Sí implicaba cierta separación en clases con respecto al modelo frecuente de convivencia del siglo XIX con distintas clases sociales viviendo en el mismo bloque de vecinos.
No olvidemos que en una conferencia que ofreció en el Ateneo Científico y Literario de Madrid, el 14 de Mayo de 1984, habla acerca de la nueva arquitectura de las ciudades: Preguntemos á un millonario y á un proletario cómo dispondrían su vivienda respectiva dentro del presupuesto de su renta ó jornal para estar completamente á gusto, sin ser molestados por los demás vecinos de la ciudad. […] Á mí -dice el pobre- me molesta el ruido de las fiestas y diversiones de mi vecino, cuando el pan escasea en mi casa. Además, tengo que subir muchas escaleras, y mi vivienda es tan estrecha é incómoda, que más parece ataúd ó jaula, que habitación. En una choza ó casucha de un solo piso, dividida en tres ó cuatro habitaciones, en medio de un terreno de 300 ó 400 metros cuadrados, para jardín, corral y taller, viviría contento, lejos de la taberna y de peligrosas compañías; […]El rico, á su vez, exclamará: -Me compadezco de los desgraciados, y los socorro cuanto puedo; pero me enojan y entristecen, cuando estoy alegre, la vista y el contacto de los andrajos de la miseria mal oliente.
Procuraba atraer a las clases medias y altas de entonces mediante inversiones en la CMU y ofreciéndoles una mejora de la calidad de vida en un nuevo concepto de ciudad. A las clases obreras procuraba atraerles, principalmente, mediante la posibilidad de tener su propia tierra y jardín cultivables. Esto último le granjeó grandes polémicas con el movimiento socialista de la época, contrario a la propiedad privada y a cierto paternalismo de las propuestas. En este sentido cave destacar el juicio contra el anarquista Federico Urales por acusarle, falsamente, de estafador.[4][5]
He aquí un ejemplo de publicidad de la época, en la que la empresa responsable de Ciudad Lineal, daba cifras:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1925/04/24/015.html
Para finalizar como curiosidad y como muestra de la compleja personalidad y pensamiento de Arturo Soria, este era un fuerte defensor de la teosofía, al igual que el padre del Neoplasticismo que tratamos en otro artículo, Piet Mondrian.
http://www.gomeznarro.es/gomeznarro-un-barrio-con-historia/neoplasticismo/
[1] Urbanismo-1 http://urbanismo-1.blogspot.com.es/2008/02/ciudad-lineal.HTML
[2] La Ciudad Lineal http://laciudadlineal.blogspot.com.es/2011/03/arturo-soria-y-la-compania-madrilena-de.HTML
[3] Innova UNED http://ocw.innova.uned.es/h_arte/contenidos_swf/ciudad_lineal/ciudad_lineal.swf
[4] Madrid Diario http://www.madridiario.es/2011/Abril/distrito/ciudadlineal/200776/ciudad-lineal-arturo-soria-compania-madrilena-urbanizacion.html
[5] Universidad Politécnica de Madrid http://oa.upm.es/10948/
[6] Historias Matritenses: http://historias-matritenses.blogspot.com.es/